Cuando Annabell Pozo se registró para ser beneficiara del convenio entre la Empresa Pública de Acción Social y Educación (EP DASE) y la Sociedad de Lucha Contra el Cáncer (SOLCA), estaba desesperada y a punto de abandonar su tratamiento oncológico. Para ella y su esposo se hizo insostenible cubrir los altos costos de las quimioterapias y, al mismo tiempo, sacar adelante a sus cuatro hijos.
En marzo de este año, fue diagnosticada con cáncer de mama en etapa III. Asegura que nunca tuvo síntomas, hasta que comenzó el proceso de lactancia de su hijo menor, de apenas un año y medio, ya que sentía su seno rígido y con algunas bolitas. Esas irregularidades la preocuparon, por lo que decidió ir hasta un hospital para realizarse las evaluaciones pertinentes.
Según sus palabras, en el hospital no encontró ayuda, pero no se rindió y acudió a SOLCA. Fue allí donde finalmente obtuvo el diagnóstico que jamás esperó recibir, a sus 34 años. De manera urgente inició el tratamiento particular, asumiendo los gastos con los pocos recursos que como familia tenían disponibles. Sin embargo, al poco tiempo ya no podía continuar.
Debido a la enfermedad, Annabell no puede trabajar. Depende completamente del ingreso de su esposo y cada semana que pasaba se le hacía más difícil acudir a las consultas con el especialista, realizarse las quimioterapias y comprar los medicamentos que necesita para batallar contra la enfermedad, hasta que un día vio en las noticias la firma de un nuevo convenio entre la EP DASE y SOLCA.
Llevó todos sus documentos a las oficinas de la EP DASE y, al cumplir con los requerimientos, pudo ingresar como beneficiaria del programa. Desde entonces, en SOLCA recibe de forma gratuita y a tiempo el tratamiento completo que requiere: consultas médicas, exámenes, medicamentos, rayos x, ecografías, gammagrafías óseas, resonancia magnética, atención médica de emergencia, quimioterapia ambulatoria, entre otros servicios e insumos.
“Si no se cuenta con los recursos, es difícil continuar con el tratamiento. Era muy difícil saber que ya llegaba la cita para una consulta o una quimioterapia, y no teníamos el dinero para pagar. Por eso este programa y el personal del Municipio llegaron a mi vida como unos ángeles, porque al aliviar la carga económica que tenía, también me aliviaron la carga emocional”, dijo Annabell.
Hoy, tras varios meses siendo beneficiaria, ella se siente bien emocionalmente, porque tiene la tranquilidad de saber que todos los gastos que se generan para su tratamiento oncológico, serán cubiertos en su totalidad gracias al convenio, lo que le ha devuelto la fuerza y la esperanza para continuar luchando por ella y por sus cuatro hijos.
“Gracias al Municipio, yo tengo la fuerza de luchar para poder superar esta enfermedad. La ayuda que me han brindado es enorme y estaré eternamente agradecida. El camino hacia la recuperación de esta enfermedad es largo, pero siempre que tengamos a personas que nos apoyen, como lo hace la Alcaldía conmigo, se hace más llevadero y hay una esperanza”, aseguró.
Hasta la fecha, desde la Alcaldía de Guayaquil y la EP DASE se han firmado cuatro convenios con SOLCA, logrando brindar de manera gratuita más de un millón de atenciones a más de 800 pacientes de escasos recursos, niños y adultos, con diferentes tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de mama, que es la causa más común de muerte por cáncer en las mujeres de la región.
Mediante este programa, que nació de los recorridos de la alcaldesa Cynthia Viteri en los sectores más vulnerables, se cubre todo el tratamiento: exámenes, laboratorio, quimioterapias, radioterapias, citas médicas, medicinas y cualquier otro gasto que requieran, de acuerdo al cuadro patológico de cada uno. Incluyendo también asistencia psicológica.
