Durante un acto oficial, este 31 de julio de 2024, se llevó a cabo la inauguración del proyecto ECOSHELTER, donde el Albergue Ciudadano Municipal se ha convertido en el primer espacio ecológico de su tipo en Guayaquil, destacándose por su infraestructura sostenible, inclusiva y amigable con el medio ambiente. El acto contó con la presencia de las máximas autoridades de la EP DASE, representantes de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y del Consejo Noruego para Refugiados (NRC), acompañados de varios concejales y autoridades municipales.
Durante la sesión ordinaria del Concejo Municipal el 29 de febrero de 2024, se presentó y aprobó la autorización para la suscripción del Contrato de Promesa de Donación de Obra entre el Municipio de Guayaquil y el Consejo Noruego para Refugiados (NRC), con el fin de ejecutar el proyecto ECOSHELTER. El NRC, con financiamiento de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), llevó a cabo diversas adecuaciones en el Albergue Ciudadano para promover una transformación ecológica sustentable.
Las áreas intervenidas incluyen ventanas, cubiertas, parte de la fachada, baños y exteriores. Se implementaron sistemas de recuperación de agua de lluvia, inodoros y grifos eficientes, extractores eólicos, enfriadores ecológicos (Eco Coolers), paneles solares, cubiertas de palma y caña guadúa. Además, se adecuó un área con contenedores para la separación de desechos, cuarto de cilindro de gas, área de lavado, automatización de encendidos de luminarias, instalación sistema fotovoltaico (paneles solares) para ventiladores y luminarias, e instalación de muros verdes y celosías laterales del albergue.
“Esto es un ejemplo de cómo las diferentes instituciones internacionales, no solamente que nos ayudan, sino que nos enseñan y tenemos la obligación como guayaquileños de receptar esta información, de aprenderla y de irla replicando de la manera más rápida posible en todos los frentes” precisó Camilo Samán, gerente general de EP DASE en su discurso.
Gracias a estas mejoras, la temperatura dentro del albergue se redujo en 8 grados, además existe un ahorro del 12% en electricidad y 33% en agua, permitiendo así una transición agradable hacia un espacio más ecológico y funcional para las personas en situación de calle y movilidad humana que llega hasta este sitio.